Recorre un repertorio de historias que rinden tributo a la tierra guayanesa
Ada Victoria Serrano
Su nombre mezcla lo
autóctono del legado indígena, con lo clásico del latín, pues Canticum Merú se
traduce sencillamente en el canto de los saltos de agua. Hoy en día estas
mujeres, que se unen a una sola voz para entonar una colección musical colmada
de mística, esfuerzo y dedicación, son punto de referencia del talento
artístico que lleva sello regional.
Esta coral es sinónimo de
la femeneidad vocal que tiene la guayanesa, pues está integrada por amas de
casas, profesionales y estudiantes; mujeres que van desde los veinte hasta los
cincuenta años, con trabajos muy distintos, pero con una afición en común,
prestar sus voces para conseguir la armonía de la unidad.
Esos primeros pasos que
darían el nacimiento de esta idea, se dieron gracias a la experiencia obtenida
en la coral de CVG Interalumina.
No obstante, el año
1995 marcó pauta, pues durante este
período se comenzó a concretar la inquietud de hacer una agrupación diferente,
y como había un buen número de chicas que se habían mantenido bajo la tutela de
la directora Irma Conchita Iorio, se tomó la decisión de formar el primer coro
femenino de la zona.
La historia coral a partir
de este momento fue otra, pues esta agrupación marcó un antes y un después.
¡Partida!
Una vez formada como asociación
civil, la coral Canticum Merú con su trabajo logró ser anfitriona y
organizadora del Encuentro Nacional de Coros de Voces Iguales, evento bianual
en el cual participan prestigiosas agrupaciones venezolanas y maestros de talla
internacional.
Estas chicas al ver el
movimiento y éxito conseguido decidieron hacer un viaje internacional,
recorrido que le dio la oportunidad de estar en contacto con conjuntos de otros
países dedicados a esta actividad.
En ese primer viaje
visitaron a España y Alemania, con un breve paréntesis en París, fueron a dos
festivales, en donde pudieron compartir y observar el trabajo que hacían otros
movimientos corales. “Nosotros fuimos el único coro venezolano que estuvo
presente”, dice Iorio, directora de la agrupación.
En uno de los
espectáculos, Canticum Merú fue considerado como el coro que más había
establecido un lazo afectivo con el público.
Otra de las vivencias
significativas que experimentó la agrupación fue cuando participaron en una
competencia realizada en Japón junto a otros 17 coros.
“En aquel momento el norte
era ir a ver y tomar una experiencia con mucha humildad, nos prepararamos y
trabajamos mucho, pero jamás pensamos que obtendríamos la medalla de oro”,
señala Iorio quien además describió que esos minutos fueron gloriosos y únicos.
Sólo ellas
La directora de Canticum
Merú ha notado que un grupo de mujeres trabajando sin la intervención de la
figura masculina es más creativo, pues a su parecer hay mayor química.
“De ese grupo de mujeres
que fundó este coro, me atrevo a decir que todas son excelentes, responsables y
trabajadoras. He visto que esta actividad forma parte de sus vidas y ocupa un
lugar muy importante en su rutina diaria”, añade.
No es sólo la parte vocal, la que se trabaja al
estar dentro de una agrupación, sino
también la fraternal.
“Lo más
hermoso que hay en las relaciones humanas es el respeto, y a mayor confianza,
mayor es éste. El coro es una actividad que te permite crecer en el campo de
las relaciones humanas y te enseña a aceptar al otro tal cual es. Esto se debe
convertir en la razón principal”, afirma Iorio quien tiene experiencia en el
campo por más de treinta años.
Repertorio melódico
Al referirse al menú sonoro, Iorio comenta que en
cuanto a música venezolana, han tratado de cantar todo sus géneros más representativos,
inclusive estaban buscando una guasa y justamente hace dos meses
-aproximadamente- el músico Francisco Ávila le compuso una que se titula “Mi
guasa”, la cual ya estrenaron al público.
Además, incluyen en su
lista piezas que se pasean por géneros clásicos, religiosos, populares
latinoaméricanos, folclóricos venezolanos y hasta música sacra. En estos
momentos están tratando de animar a los
músicos de la zona para que realicen
arreglos de algún bolero.
Por otra parte, Canticum
Merú ha participado en montajes sinfónicos corales, conjuntamente con la
Orquesta Sinfónica de Ciudad Guayana y ha compartido escenario con Serenta
Guayanesa, Esamble Gurrufío, María Rivas, Ilan Chester, Violeta Alemán, Claudio
Nazoa, Simón Díaz, Frank Quintero, Franco de Vita y Huáscar Barradas.
El calipso, merengue,
joropo, golpes tocuyanos y parrandas no quedan por fuera de sus
interpretaciones favoritas. Actualmente, están comprometiendo a determinados
talentos regionales para que realicen composiciones de diversas gaitas, con el
objetivo de poderlas estrenar en época decembrina.
Y como ya se respira el
aire navideño, esta agrupación tiene preparado un repertorio nutrido en
aguinaldos, villancicos y música internacional, ideal para todos los gustos.
Con batuta en mano
Su directora Irma Iorio
deja al descubierto la metodología que ha utilizado para mejorar cada día.
- ¿Cómo describes la armonía de muchas voces en una
sola?
Lo hermoso del canto coral es que en la unión está la fuerza.
Yo creo que es bellísimo el poder compartir esa energía de estar frente a
un público y sentir que se está muy agradado con lo que se hace.
Como directora, ¿reconoces
cuando alguna de las chicas no está concentrada del todo?
Sí. A veces la voz es tan delicada que en ella se refleja todo. Si no
dormiste bien, si no descansaste o si tienes algún problema de tensión, ya que
lograr un trabajo a nivel vocal en masa, es muy difícil.
- ¿Qué se debe hacer antes
de salir al escenario?
Siempre hay rituales, si la actividad es de competición, nos abrazamos,
escribimos notitas deseándonos cosas lindas y nos damos masajes en los pies.
Estar relajadas, hacer una buena vocalización, realizar ejercicios de
estiramiento, dejar las tensiones fuera, desconectarse de los problemas que se
puedan tener, es fundamental. Hay cosas
que no se deben hacer como tomar bebidas
oscuras: café, té, refresco; comer en abundancia o fumar.
- ¿ Qué crees que no cantarían?
Este nuevo ritmo, el Reggaetón. No sé, la verdad no lo veo para un coro.
- ¿Cómo defines la voz de un
coro?
El sonido de un coro es el color que el director logra con el trabajo.
Cambiando a las personas de posición, cambia el sonido y es increíble.
También influye muchísimo lo que se siente al momento de interpretar, la emoción
que se transmite.
¡A grabar se ha dicho!
Canticum Merú tiene en su haber una producción
discográfica, que surgió de sus viajes a España, Alemania, Brasil, Japón y
Caracas. En este se disco se incluye una recopilación de los mejores temas
interpretados totalmente en vivo.
“Tiene la emoción del grupo cantándole al público,
allí está la energía, es un disco que sirve de referencia y se bautizó en el
año 2002 con agua del Orinoco”, comenta Iorio.
La segunda producción se
está realizando con el apoyo del Instituto
Municipal de Cultura, CVG Ferrominera y CVG Bauxilum y aún están en la búsqueda
de recursos. Sin embargo, ya se tiene grabado uno de los temas del cantautor
venezolano Frank Quintero a dúo con
María Rivas y se piensa incluir a otros artistas nacionales.
Se tiene planificado grabar Viajera del Río,
esa hermosa composición del talentoso guayanés Manuel Yánez, pero con una
adaptación de la versión que interpreta Serenata Guayanesa.
También se va incluir un galerón con arreglos de
Paul Leal, que también es un joven músico de la zona y otro de la canción
venezolana Hoy es tu día de la mano de Ricardo Donado.
Iorio finaliza diciendo
que es un disco variado para todos, pues la idea es llegar a la mayor cantidad
de público posible.
Canticum Merú en números
6 sopranos, 5 mezzosopranos, 6 contralaltos, 1 cuatrista, 1 bailarina y 1 directora dan vida a Canticum Merú.
Hay un número importante de chicas que se
mantienen dentro de la agrupación, no obstante los cambios que se han realizado
son de manera natural.
En sus inicios eran aproximadamente 12 integrantes, cuando llegó la
selección para participar en España en 1999, la agrupación creció, llegando a 22 personas.
Con el transcurrir del tiempo el coro ha crecido,
no obstante siempre se mantiene en un número de 20 coralistas.
Después de 11 años cumplidos en febrero, el coro está
tan sólido, al punto que puede llevar a cabo una presentación con 10 ó 12 personas y suena muy bien, pues se ha hecho un
trabajo de afianzamiento y fortalecimiento de cada integrante.
Además, lo que importa no
es la cantidad sino la calidad. Se puede jugar con el número de personas, pero
siempre cuidando el equilibrio de las voces.
Galardones
La agrupación se ha hecho merecedora de los siguientes reconocimientos:
–
Premio
a las artes 1998 en canto coral, mención especial. Otorgado por la Dirección de
Cultura del Estado Bolívar.
–
Seleccionada
en el renglón de Voces iguales para representar a Venezuela en el Festival
América Cantat III, Abril 2000.
–
Ganadora
de la segunda noche “Navidad coral en el Ecomuseo”, diciembre de 2000.
–
Medalla
de oro en el renglón coros femeninos y trofeo al segundo lugar de la
clasificación General en el 18th Takarazuka International Chamber
Chorus Contest, Japón 2001.
–
Segundo
lugar en el Certamen mayor de las artes, categoría coral, Municipio Caroní,
enero 2004.
Talento y experiencia
Irma Conchita Iorio
reconocida promotora cultural de la ciudad y directora de Canticum Merú se
inició en el mundo musical a sus quince años, dirigiendo el coro donde estudió
parte de su primaria.
Llegando de Italia y sin
culminar sus estudios de piano, durante sus dulces primaveras fungió como mano
derecha de su padre en el coro del orfeón de la UDO-Sucre, espisodio que la
atrapó.
Estuvo tres años dirigiendo
el coro del colegio Nuestra señora del Carmen y después tuvo la oportunidad de
dirigir la coral del IUTEC de Cumaná.
Además, era integrante y
asistente del Orfeón de la UDO paralelamente a la dirección de estas
agrupaciones.
Su trabajo actualmente en
CVG Bauxilum es de especialista en cultura desde 1984 y tiene la
responsabilidad de coordinar las distintas actividades artísticas que allí se
realicen.
Iorio siguió formándose,
asistió a talleres y cursos, de hecho aún está realizando estudios en Caracas
para obtener su licenciatura en educación musical.
Su dedicación también la
ha hecho involucrarse en forma directa con la coral universitaria de la UNEG.
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