Contemplar un oasis vegetativo con
tonalidades selváticas, no es el único atractivo que hace de este parque un
icono en la región guayanesa. Este epicentro de la naturaleza abre un abanico
de alternativas a todos sus invitados con múltiples actividades, que además de
ser divertidas, son satisfactorias para el bienestar físico y mental
Ada Victoria
Serrano
Fotografía: Luis Castillo
Fotografía: Luis Castillo
Sentir en el rostro un sinfín de
gotas rosar la piel, en compañía de pinceladas que dibujan una cascada de veinte metros y una muralla de
rocas precámbricas, es un espectáculo que sumerge a quien lo observe en una
grata atmósfera espiritual. Un paseo en el parque La Llovizna es más de lo que
percibimos con la vista, es un escenario que reúne esparcimiento, distracción,
calma y armonía en un sólo lugar.
Adentrarse en este paraje natural se
convierte en una excursión plácida y didáctica, ya sea corriendo, caminando o
simplemente observando el momento ideal para capturar exóticas imágenes con una
cámara fotográfica.
El encanto vegetal que se exhibe en
160 hectáreas ofrece abundante información ecológica referente a los atractivos
que posee la zona. Caminos de piedras, raudales, jardines, bosques, helechos,
malangas y orquídeas presentan un carnaval natural que se posa ante los ojos de
quien lo admira.
Detallar los colores, formas,
texturas y hasta olores de la vegetación que allí se refugia, es una
experiencia que le brindará la mejor inversión de tiempo que haya realizado.
Pero si usted, es de los que le gusta un poco más de acción y adrenalina,
amarre sus trenzas porque en el parque encontrará espacios de sobra para sentir
su corazón latir más rápido.
Luis Alberto Geraldino, Consultor de
Asuntos Públicos del Ecomuseo del Caroní, institución adscrita a CVG Edelca,
empresa encargada de velar, controlar y planificar las actividades y usos del
parque La Llovizna, comenta que todas las caminerías están a la disposición de
los visitantes que de manera organizada programen eventos deportivos.
Generalmente las caminatas
planteadas por instituciones públicas o privadas son cortas, y oscilan de los 4
a 6 km, tomando como horario predilecto desde las 5 y media a 9 de la
mañana, horas en donde se registra un
promedio aproximado de 400 personas. En definitiva, como afirma Geraldino “el
parque lo abren y lo cierran sus usuarios”.
Encanto alternativo
El aire puro que se respira en La
Llovizna es lo más buscado para la práctica de tendencias como el Yoga y el Tai
Chi. Elías Villegas, instructor de esta última, expone que son muchas las
condiciones que ofrece el parque, pues “vivimos en una ciudad congestionada, en
donde las personas buscan una escapatoria a su rutina como el contacto con la
naturaleza, permitiendo esa integración”.
Para esto se recomienda los
escenario de La Llovizna, en donde se han canalizado el ejercicio de estas
técnicas en horas muy tempranas de la mañana. Los lugares más idóneos son los
espacios abiertos con superficie plana y sobre grama.
“La naturaleza aporta esos
ingredientes necesarios que permiten la
relajación requerida por el Tai Chi; desconectarse de la urbe es
psicológico, y la forma más natural de
hacerlo, es al aire libre”, agregó Villegas.
Como dato curioso, en el parque están
concentrados los cinco elementos de la energía material: fuego, tierra, metal,
agua y madera, fundamentos orientales que ofrecen beneficios terapéuticos para
el organismo.
Asimismo, otros espacios en donde la
mano del hombre dejó su huella en La Llovizna, como el “Teatro de Piedra”, son
utilizados para hacer bailoterapia, técnica que ayuda a mantener el buen humor,
liberando tensiones, ansiedad y depresión.
Esta obra fue construida con las
piedras del proyecto Macagua II, brindando particulares condiciones de acústica
que son aprovechadas los últimos viernes de cada mes por el grupo de empresas
CVG con una serie actividades culturales. Presentaciones de agrupaciones de
danzas, obras de teatro y hasta espectáculos musicales, son algunas de las múltiples
opciones de disfrute que dan vida a este sitio gracias a esta institución. Otra
razón para exprimir el jugo de bondades que ofrece este lugar de esparcimiento.
Recreación y
servicio
De principio a fin La Llovizna es
una ruta de diversión. En la entrada
encontrará el denominado “Centro Artesanal”, ubicado en una maloca doble. Allí
un grupo de destacados artistas exponen una muestra de orfebrería, pintura,
escultura, pedrería, trabajos en cuero, madera y barro, destacando los aspectos
que identifican culturalmente a la región.
Esta actividad está enfocada a la
creación de microempresarios, fomentando el desarrollo regional y la producción
nacional. Además, deja carta abierta a todos los turistas que quieran llevar un
hermoso recuerdo del lugar.
En el trayecto de las zonas
recreativas más buscadas, usted encontrará la laguna El Danto en su itinerario.
En este punto hallará varias embarcaciones que le darán otro tinte a su visita.
Kayak, canoas y pedal botes son las alternativas que puede abordar para observar
la naturaleza desde otro ángulo, además de
brindarle la oportunidad de alimentar a los peces.
Pero si usted prefiere hacer un
cómodo paseo, la opción es el sistema de trencitos internos. El recorrido de
este peculiar medio de transporte dura 25 minutos aproximadamente, con una
capacidad máxima para 42 personas en dos rutas. La primera es corta y llega
directo al Salto La Llovizna, mientras que la otra es larga y tiene nueve
estaciones.
Recuerde, que ya sea caminando o
trotando, a pie o remando, buscando relax, liberando tensiones o simplemente
compartiendo un rato en familia, La Llovizna le ofrece una estancia fructífera
de punta a punta, disfrútela al máximo, y si requiere ayuda, no dude en
preguntar lo que guste a cualquiera de los 14 guardaparques que están cuidando
de usted y su entorno.
Cuidando los
detalles
Para emprender la aventura ecológica que implica este
recorrido, es necesario que tome ciertas medidas -guerra avisada no mata a
trotador y si lo mata ¡que horror!- ya
que los mosquitos, el sol y hasta el atuendo pueden convertirse en su enemigo,
tornando gris la dulce travesía. Por esto se sugiere vestir ropa cómoda, hacer
uso de gorras, repelente de mosquitos, lentes de sol y protector, para que no
regrese colorado a casa.
Otra de las recomendaciones, si va
en plan de ejercitarse, es llevar reservas de agua, este preciado líquido lo
acompañará hidratando su cuerpo y haciendo más saludable la velada.
De igual forma, considere no caer en
la tentación de realizar fogatas mientras esté dentro de las instalaciones, ni
utilizar fuegos artificiales, ni colchones inflables.
Finalmente, tome en cuenta que el
uso de motos, bicicletas, monopatines, patinetas y otros medios sobre ruedas
quedan totalmente descartados en el paseo, pues podrían entorpecer el trayecto
de los caminadores que desean disfrutar un ambiente de relajado en el parque.
Recuerde que confiar en sus dos extremidades inferiores, le ahorrará
incomodidades y físicamente será más productivo para usted.
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