“El artista debe ser completo, no
sólo en el escenario, sino también en el verbo, en la manera de ser y de
comportarse”, éste es el sentir de Iván Valderrama director de uno de los
grupos dancísticos más importantes de Guayana
Ada Victoria
Serrano
Virtuosismo expresivo, una
escenografía colmada de colores y ritmo al son nacionalista es lo que se puede
apreciar cuando Danzas Yacambú presenta uno de sus montajes coreográficos sobre
las tablas. Hoy por hoy, está agrupación es reconocida a lo largo y ancho del
globo terráqueo gracias a una de sus mejores fortalezas, la calidad final al
danzar.
Su nombre que ha sido pronunciado
por más de uno en la ciudad es utilizado como referencial cultural de la región
y se debe a una propaganda de los parques nacionales que hacía Irene Sáez para
finales de los ochenta, en la cual se nombraba al Yacambú como atractivo
turístico. Al parecer a Iván Valderrama, director de la agrupación le gustó la
palabra y se avocó a investigarla para que ésta fuera su bandera de
presentación.
“Le busque la relación que se podía
dar con el arte que cultivábamos y que a su vez pudiese unir a dos estados
-Lara de donde viene el arraigo y Bolívar-, nosotros por las abundantes aguas y
ellos por la carencia. Esta palabra es de origen indígena y significa la
conquista del desierto. Para nosotros es la conquista del público a través de
las diferentes manifestaciones folclóricas, con las cuales queremos llegar a los
diversos rincones de Venezuela y el mundo, eso es Yacambú”, afirmó Valderrama.
Aprendiendo a
caminar
Mientras su fundador recordaba cada
una de las anécdotas que fueron claves en el proceso de formalizar un grupo de
tal calibre, sus relatos eran decorados por los múltiples reconocimientos y
elementos alegóricos a lo popular del ser venezolano que vestían las paredes de
su lugar de trabajo, oficina en donde atiende no sólo las exigencias de la
compañía -como él denomina a sus bailarines de mayor trayectoria-, sino también
a los alumnos que quieren aprender de estos maestros del movimiento.
Valderrama al comentar los primeros
pasos del grupo enfatizó que lo que hoy se conoce como Danzas Yacambú se gestó
como un proyecto de CVG Bauxilum, antiguamente Interalumina y nació como un
taller cultural enfocado únicamente para los hijos de los trabajadores de esta
empresa. Sin embargo, la mitad del grupo ya estaba conformado por jóvenes que
Iván había comenzado a preparar desde su comunidad -Nueva Chirica-.
Corría el año ochenta y ocho, época
en la cual Iván con tan sólo trece años empezaría a buscar los canales y las
personas idóneas para materializar su idea. “Era muy joven y qué gerente me
podía escuchar seriamente, por esta razón
busqué a una amiga mayor, a quien le dije cuáles eran las puertas que
debía tocar para hablar con Luis Lares, Coordinador de los eventos culturales
de relaciones públicas de esta empresa. Ellos al observar que había material y
talento nos dieron la oportunidad y comenzaron a implantar una nueva filosofía
de trabajo”, comentó Valderrama.
Con 8 meses de prueba buscándole un
estilo definido, los integrantes de Yacambú fueron aprendiendo y compartiendo
con mucha agrupaciones que traían de otras partes del país, para luego formar
parte de esa lista de protagonistas que exhibían su repertorio en los
festivales nacionales.
Academia de
movimientos
Una vez que Yacambú comienza a
consolidarse y a tener proyección de altura, muchos guayaneses comienzan a
despertar su gusto por la metodología de trabajo del grupo, no obstante los
integrantes ya tenían un camino recorrido y es allí cuando nace el proyecto:
Escuela de danza.
Esta iniciativa que actualmente
prepara a muchos jóvenes que sienten afinidad por la danza tiene por objetivo
formar y capacitar a nuevos valores que quieren formar parte de la llamada
compañía Danzas Yacambú.
Esta institución tiene
aproximadamente cuatro años y está adscrita al sistema nacional de escuelas de
danza. “La formación es integral, los niños, al igual que lo jóvenes vienen a
estudiar todas las disciplinas de la
danza: académica, ballet clásico, contemporánea, tradicional folclórica y
nacionalista”, agregó Valderrama.
Para optar por el ingreso, se
necesita pasar por un proceso de pre inscripción donde se la da la oportunidad
a todas las personas mayores de 6 años que deseen iniciarse en esta actividad.
Pero además, el aspirante debe aprobar un conjunto de exámenes en donde se
evalúa y se miden las fortalezas y debilidades que tiene como bailarín, para de
esta manera saber si realmente tiene las condiciones para desarrollar los
estudios inherentes a la danza y formarse en un futuro como multiplicador,
difusor y facilitador de esta disciplina.
El A, B, C de
Yacambú
Iván Valderrama,
director y fundador de la agrupación comparte con los lectores cómo Yacambú ha
llegado a ser una de las agrupaciones guayanesas de mayor renombre
internacional.
- ¿Cuál es el
fuerte de Danzas Yacambú?
Nuestro estilo, porque somos una
agrupación de danzas nacionalista, sin embargo tenemos un poco de todo.
Cuidamos cada uno de los detalles para que la puesta en escena sea
estéticamente de calidad.
- ¿Por qué un poco
de todo?
La enseñanza se hace bajo un pénsum
de estudio que le exige al bailarín conocimientos del flamenco que es la base
del zapateo venezolano en el género nacionalista, actuación, canto, inclusive
del ballet clásico y la danza contemporánea, pues son disciplinas que van
aunadas a la formación de la persona en la cátedra de danza nacionalista.
- ¿Cómo se define
la danza nacionalista?
La danza nacionalista surge de la
necesidad de crear un baile con calidad estética adaptable. Ésta toma las
manifestaciones folclóricas, las enriquece y las adapta a las exigencias de una
escena. Hay un vestuario mejorado, pero tratando de no perder la identidad de
la manifestación en cuestión. La danza nacionalista es un género que crea la
Sra. Yolanda Moreno con su esposo Manuel Rodríguez Cárdenas bajo la vertiente y
necesidad de la estética.
- ¿Qué es lo más
gratificante y placentero de la danza?
Una de las cosas que me llena, a los
36 años que acabo de cumplir y desde los 8 años en este mundo, es que todavía
puedo estar dentro de las tablas con mi grupo y mover esa energía que sienten
ellos cuando yo estoy presente. Es el poder darle esa fuerza y expresividad que
nos caracterizan como agrupación, disfrutar de lo que hago al máximo y que
ellos sientan eso y lo aprendan.
- ¿Qué condiciones
se necesitan para bailar?
El trabajo de la flexibilidad,
coordinación y oído rítmico musical es fundamental, además de la mística,
constancia y disciplina para llegar a ser un buen bailarín. La vida de un
bailarín es sacrificio, siempre tenemos que estar en dieta, cuidándonos y sobre
todo entrenando.
- Como bailarín,
¿tiene algún ritual?
Yo siempre caliento antes de salir y
siempre me encomiendo a Dios y a Santa Bárbara. Me gusta relajarme y respirar
muchísimo.
- ¿Qué es hoy en
día Danzas Yacambú?
Evidentemente el proceso es largo y
todavía se está tras la búsqueda de crecer y mejorar, no ha sido fácil, pues
somos una agrupación que ha salido de muy abajo, pero con un norte bien claro y
siempre exigiéndonos más. Hoy día, Danzas Yacambú se ha convertido es una
referencia cultural y estamos en la espera de ser patrimonio cultural del
estado. Yo pienso que el éxito y el secreto está en la constancia que hemos
tenido y la disciplina que nos identifica como agrupación.
Obras dancísticas
“Me gusta cuidar los detalles”, dice
Iván y ejemplo de ello son las piezas que se han convertido en los grandes clásicos de Danzas Yacambú.
“La cara oculta de mi tierra fue
mi primera experiencia en el trabajo étnico y se destaca la parte indígena y
aborigen de nuestra región. Es una pieza que tiene premio nacional, no sólo por
su interpretación en solitario, sino también por la adaptación a macro que se
realizó, y en las dos vertientes fue un éxito”, comentó.
En este montaje se trabajó un
lenguaje lleno de contenido y nutrido de aspectos cosmogónicos y cosmológicos
de la mitología indígena Pemón. Además, recoge todo lo que tiene que ver con su
idiosincrasia: canciones, mitos y leyendas. Es una compilación realizada en 8
minutos que hacen un recorrido sobre la vida del indígena, la siembra, la
recolección de la yuca, la elaboración del casabe y la caza de los báquiros.
Otro de los grandes clásicos es el
denominado Frente al patio, la luz, la ventana y la memoria: Chuao,
este es un trabajo de investigación en donde se hizo una recopilación que
plasma cómo los africanos eran traídos desde su continente hasta estas tierras.
Se retrata a un personaje que se llama Catalina Núñez quien era la dueña de
varias haciendas y era quien maltrataba a todos sus esclavos y María Peque
quien era la partera de todas las mujeres del pueblo.
“Es como un cuento llevado a la
danza. Hay otras piezas que aún no han sido presentadas en Venezuela como una
de ellas inspirada en los telares de Tintorero, en la cual se teje uno de ellos
en escena y próximamente será retomada para un proyecto que se quiere
materializar para la Copa América”.
Y como cereza al helado, la música
no deja de ser importante, por esta razón se desarrolla también un trabajo de
investigación y edición con el apoyo de los arreglos de Ensamble Canaima y bajo
los lineamientos de Danzas Yacambú.
Otro de los elementos importantes es
el vestuario que llevan la firma de Iván Valderrama, pues también se destaca
con los diseños de los trajes y los acabados de la utilería.
“El colorido, la policromía y las
texturas son muy importantes porque para elaborar un vestuario a parte de hacer
un estudio y diseño es ir de compras y visualizar lo que se quiere”.
Ahondando en ello Iván para la
edición de los pasados carnavales hizo una creación que define como impactante,
en la cual la mitología del estado
Bolívar fue la protagonista y actualmente está materializando un montaje
inspirado en las leyendas de las toninas del Orinoco, los ríos y El Dorado.
Así es la
nacionalista
Para reconocer la danza nacionalista
se debe tomar en cuenta las tres vertientes que tiene: enunciativa, narrativa y
expositiva. En la primera se enaltece el tema que compuso el autor a través del
movimiento y la expresión. En la siguiente se relatan los cuentos, mitos y
leyendas de los pueblos a través de la coreografía. Y finalmente, en la tercera
se incluyen los parlamentos y los poemas en escena.
Este tipo de danza toma todas las
manifestaciones e imprime creatividad en su tratamiento. “En la danza se tienen
códigos y técnicas como las utilizadas para los vals y joropos que, luego son
adaptadas a las manifestaciones tradicionales”, agregó Valderrama.
Asimismo, puede mezclar elementos de la danza clásica,
como de la contemporánea para plasmarlos a través del lenguaje corporal.
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