jueves, 10 de mayo de 2012

Culto al estilo Orinokia



Su estructura colosal es una divina tentación que encierra una bulliciosa y colorida cultura de mall; sus usuarios la contemplan y con emoción, recorren el santuario del consumo hipnotizados por cada rincón


Ada Victoria Serrano
Fotografías: Luis Castillo 

            Como hormigas entran y salen. Durante el recorrido malcrían su vista con vitrinas cargadas de caprichos con etiquetas. Ellos son exploradores de franquicias, modelos de pasillos, amantes de la comida rápida, visitantes encorbatados y hasta forman parte de la cuadrilla de la feria; se sumergen entre paredes que modelan una nueva forma de socializar en la región, ésa que se ha denominado, “cultura orinokia”.
            Una entrada gratis para ver el desfile que esconde el territorio Orinokia Mall es el boleto que, a diario,  más de uno utiliza con fines variados. La gran cantidad de personas que transitan por las calles de esta mini ciudad es una de las principales características que lo describe. Pero, usted se ha detenido a pensar ¿qué ha cambiado en el colectivo que paso a paso deambula por este esqueleto arquitectónico?
            Gracias a una encuesta realizada a 100 visitantes de este mall se pudo determinar la vuelta social que han experimentado quienes lo frecuentan.
            Los datos arrojan que la llegada de este gigante propinó un sacudón en  la población, ése que hiciera romper la melodía gris y convencional establecida en la apariencia de los centros de compras más tradicionales. De esta manera, su presencia en la región invita a sus caminantes a probar notas que otorgan un nuevo menú de alternativas de productos y servicios que se ajustan a cada quien y a cada cual.

Uno para todos
            Encopetadas, con bolsos grandes y vestidas de punta en blanco, las señoras que están pisando las cuatro décadas, según los resultados obtenidos, antes decidían comprar sus divinas posesiones en la capital o en Maturín, pero ahora se pasean deseosas de  “raspar” la tarjeta en las franquicias que llegaron finalmente al macizo.
            Otras, respingadas, acicaladas con cabellera de peluquería y rostro empolvado para ocultar los vestigios de los años, caminan a un ritmo moderado, para poder deleitar sus ojos con las combinaciones más llamativas que deslumbran la cara visible de las tiendas. Afirman vestir al último grito de la moda para disimular los kilitos demás y prefieren calzar tacones altos de punta fina o sandalias atrevidas para verse “divinas” en los espacios de Orinokia Mall.
            Antes, sólo era usual observar estos atuendos en alguna reunión de trabajo, cumpleaños u otra ocasión especial, afirma un gran porcentaje.
            Tomar un café, fumar un cigarrillo, establecer una plática amena con las amigas y observar la exposición humana que se postra ante sus ojos, son usos que dan las personas pertenecientes al segmento femenino entre los 30 a 45 años.
            Por su parte, a las féminas más jóvenes entre los 15 a 29 años les fascina internarse en los almacenes de mayor renombre, con la misión de encontrar los trapos que calen mejor en sus esbeltas figuras. Comer en la feria y planificar encuentros con los panas del colegio, universidad o trabajo para ir al cine, es otra utilidad que hallan en este coloso. Asimismo, estas aseguran que pudiesen pasar todo el día en las instalaciones del mall, adoptándolo como el lugar favorito para socializar. 
            De igual forma, el derroche de físico obtenido en unas cuantas horas de gimnasio al día, también se hace presente en las plazas del centro. Una porción de la muestra conformada por los hombres con edades entre los 15 a 29 años, señalaron que “la pinta” para  entrar a Orinokia exige un poco de cuidado. La predilección por los jeans pre-lavados, franelas o camisas por fuera, acentúan un gusto informal que prolifera en los usuarios del mall. Las cabelleras aglutinadas de gelatina que asemejan obras de arte hechas con un peine o el uso de gorras, son otros de los estilos que se han impuesto en las melenas de esta selección.
            Sin embargo, aquellos entre los 30 a 45 años apuntaron que uno de los cambios más significativos ha sido el  servicio en horario extendido que se puede encontrar allí, el cual permite  hacer diligencias bancarias o inclusive realizar compras puntuales luego de la jornada de trabajo sin complicación alguna. Estos se declaran ajetreados y con el tiempo justo para hacer sólo lo necesario, inclusive utilizan los espacios de la feria para consultar su buzón de correo electrónico o terminar algún trabajo pendiente.
           
Duelo de comerciantes
            Este epicentro del comercio también ha originado una transformación en la forma de prestar los servicios, otorgando un valor adicional a la clientela.
            Muchos dicen que la amabilidad y cordialidad han renacido en el personal que está en contacto con el público. Esto se debe a que, al abrir un abanico de alternativas de consumo en un mismo lugar, los propietarios se han preocupado por  fortalecer los principios de atención cuidando los detalles. Asimismo, la competencia  ha sido un factor influyente con respecto a este tema.
            Los empleados de cada tienda lucen refinados, impecables y con un vestuario de primera que identifica el local para el cual trabajan, así son descritos.
            El observar cómo varios negocios han crecido, es otro cambio relevante. La estética de unas vitrinas pulcras con distinción y elegancia, han hecho que los usuarios del mall también se sientan comprometidos a cuidar sus vestimentas, asegura una porción de la muestra.
Banquete de opciones
            El ritual de la comida dentro de los espacios de Orinokia ha tomado nuevas características,  pues ahora en un sólo lugar se reúnen  múltiples recintos gastronómicos que anteriormente no existían en la zona y muchos de ellos en pocos minutos preparan un festín de sabores para su comensal.
            Gran parte de los entrevistados aseguran que la Feria Ok -como se ha denominado esta plaza-, es la más variada de Puerto Ordaz. Especialidades internacionales de países como Japón, China, México e Italia, las tan buscadas franquicias norteamericanas y hasta las criollas, muestran una carta relativamente económica y que en un abrir y cerrar de ojos dejan en la bandeja una muestra exquisita.
            Y en cuanto al postre, ni hablar, desde churros hasta wafles, pasando por helados y un sinfín de galletas, son los acompañantes perfectos para endulzar el día.
            Resulta gratificante el poder comer estas delicias sin tener que entrar a un restaurante sofisticado, afirma una parte de los encuestados. En la ciudad el poder disfrutar en familia de platillos de otras latitudes era complicado, pues todos debían coincidir en los antojos, mientras que gracias a esta feria el grupo se puede reunir en una mesa y cada quien seleccionar lo que desee.
            Orinokia Mall, en definitiva, abrió un camino de facilidades para los guayaneses,  afirmación en la que coinciden  la mayoría de los encuestados. Al estar dentro de este centro las personas tienen la posibilidad de elegir dónde comer, vestir y hasta divertirse en un sitio seguro.

Niños sedientos de diversión
            Un cine cómodo, un bowling cercano a la ciudad y múltiples alternativas de diversión interna han servido de gancho para que los más pequeñines de la casa pidan a sus padres visitar a lo mínimo una vez por semana al gran Orinokia Mall.



            Cierto porcentaje señala que el centro de video juegos es un atractivo confiable y confortable para los padres -especialmente los días domingos-, ya que permite combinar varios ambientes de diversión sin ir de un extremo de la ciudad a otro.

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